Al acercarse la época de las fiestas, es una buena ocasión para acercarnos a aquellos con quienes hemos tenido contacto a lo largo del año y pudimos compartir algo de lo mucho que el Señor nos ha bendecido.
Nunca sabremos en que forma una palabra, un gesto, un presente por más modesto que nos parezca, pueden ayudar a que alguien revalore el significado de la Navidad, que Dios se haya querido acercar a nosotros sin condiciones.
Puede ser esta una ocasión para el reencuentro, la reconciliación o la sencilla alegría de saber que alguien nos recuerda con afecto.
Sugiero que en este tiempo que se avecina demos un paso hacia nuestro prójimo, que tomemos la misma iniciativa del Señor de acercarnos sin reservas ni prejuicios, a quienes pueden no compartir nuestra fe, o no la practican de la misma manera, pero por quienes también Jesús murió.