Confiar en los frutos

Pertenecemos a una generación que quiere ver los resultados de su trabajo. Queremos ser productivos y ver con nuestros propios ojos lo que hemos hecho. Pero las cosas no son así en el reino de Dios. Muy a menudo nuestro testimonio de Dios no conduce a resultados tangibles. El mismo Jesús murió, como un fracasado, en una cruz. No tuvo éxito del que había podido sentirse orgulloso. Sin embargo, los frutos de la vida de Jesús son mayores que cualquier medida humana.

Como testigos fieles de Jesús debemos confiar en que nuestras vidas también serán fructíferas, aún cuando no podamos ver los frutos. Los frutos de nuestras vidas quizás recién sean visibles a los ojos de los que vivan después de nosotros.

Lo importante es cuan bien amemos. Dios hará que nuestro amor sea fructífero, sea que veamos o no esos frutos.

​Henri Nouwen, Pan para el viaje

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